Seminario virtual a cargo del Lic. Santiago Bussandri Mattia en complimento de los requerimientos de la carrera de doctorado en Física de la FAMAF
En la electrónica convencional, el acoplamiento entre la dinámica de las cargas eléctricas y el movimiento mecánico, como rotación o vibración, es muy bien conocido. Aparatos como los sensores piezoeléctricos, que convierten rotaciones o vibraciones en corriente, o motores que hacen el proceso inverso son relativamente conocidos.
Por otro lado, diversos estudios tratan de acoplar la espintrónica (el estudio del espín de los electrones y su momento magnético asociado, adicional a su carga eléctrica) a los movimientos mecánicos. Recientes trabajos usando centros de color en cristales de diamantes demostraron este acople entre el momento angular de espín de ciertas partículas y los movimientos traslacionales1 o rotacionales2,3. Estos estudios tienen gran importancia en las ciencias de metrología e información cuántica, donde la interacción entre los grados de libertad de espín y mecánicos se usan para mediar y cuantizar los fenómenos.
Si bien pareciera que acoplar el momento angular de espín con el momento angular orbital es algo novedoso, esto se empezó a considerar desde principios del siglo 20. En 1915, Samuel Barnett fue el primero en observar que un cilindro ferromagnético rotado a altas velocidades sobre su eje principal se magnetizaba a través del eje de rotación4. Este fenómeno, denominado efecto Barnett, es causado por el acoplamiento entre el momento angular de espín de los electrones en la muestra y el movimiento rotacional del cilindro.
En el experimento que voy a detallarles en este seminario se demostró el efecto Barnett nuclear al rotar una muestra de agua a velocidades de rotación de hasta 13.5 kHz en un campo magnético débil5. Se observó un cambio en la polarización de los protones en la muestra que es proporcional a la frecuencia de rotación. Se midió la polarización observando un cambio en el tamaño de una señal de Resonancia Magnética Nuclear (RMN).